“Ojalá que el dinero sea tu amigo, que sepas hacerte amigo del dinero, pero que nunca sea tu mejor amigo”, porque no debe verse como un fin, sino como un medio para llegar al bienestar financiero, así lo explica Adalberto Ortiz Ávalos.
El autor del libro Poderoso caballero es Don Dinero considera que se debe abrazar el dinero como una herramienta básica e indispensable para poder funcionar en este mundo, es un medio esencial para transcurrir la vida con bienestar.
Por lo tanto, dice, se debe buscar una relación sana con el dinero, reconociendo su valor como compañero esencial, pero evitando que domine la vida, ya que su objetivo es servir como puente hacia el bienestar.
El escritor refiere que la relación que existe con el dinero en la cultura latinoamericana tiene sus raíces en influencias sociológicas y filosóficas, incluyendo una perspectiva donde se ve a la riqueza como un castigo.
Pero va más allá, la visión histórica de que el dinero es el gran corruptor de los hombres también ha permeado en la cultura y ha conformado la relación que los mexicanos tienen sobre esta herramienta.
Estas visiones históricas y religiosas contribuyen a una relación dañada y tóxica con el dinero en contextos como el hispanoamericano y mexicano. Aunque el dinero es deseado y necesario, la gente está condicionada a considerarlo un tabú, causando pena y vergüenza al hablar de él, y llevándolo a ser un tema censurado, explica el escritor.
Ante esta visión, Adalberto Ortiz Ávalos refiere que se debe tener una verdadera inteligencia financiera que es inseparable de la emocional, porque las decisiones son inherentemente emocionales, incluso o más las que tienen que ver con el dinero.
“Hasta que las personas no reconcilien sus sentimientos hacia el dinero, no pueden tomar decisiones saludables”, refiere.
Desde esta perspectiva de las emociones, también se abordan trampas comunes relacionadas con el dinero, como confundir la identidad personal y el valor propio con la riqueza material, que en muchas ocasiones lleva a un sobreendeudamiento.
“Cuando alguien se siente vulnerable al hablar de lo que gana o de cuánto cuesta algo, a menudo es porque está exponiendo algo de lo que depende su autoestima”.
Para romper estos patrones, refiere, es indispensable normalizar las conversaciones sobre finanzas y valorar el verdadero costo de las compras en términos de horas trabajadas para combatir el deseo de la gratificación inmediata.
“Sumar todos los ingresos que recibes por tu trabajo, dividir ese total por el número de horas trabajadas en un mes y este cálculo te revela cuánto te cuesta una hora de vida. Luego, al considerar una compra, lo que te permite determinar si el intercambio es justo. Esto ayuda a contrarrestar la mentalidad común de 'para eso trabajo', forzando una valoración actualizada y consciente de la compra en función de tu tiempo”, considera.
Ante todas estas relaciones, visibles o no, de lo que significa el dinero cultural, social y emocionalmente, Adalberto Ortiz Ávalos, advierte que, si no se atienden las raíces emocionales, las buenas intenciones o las tareas de cómo ahorrar o hacer un presupuesto no resultarán en un cambio consistente.
Para el escritor es fundamental que las decisiones se tomen de manera consiente. Incluso de manera cotidiana, se toman decisiones que a veces se menosprecian, por ejemplo, el hecho de pedir un coche de aplicación o tomar un café.
O, en épocas como la Navidad y Año Nuevo, asumir que se debe comprar o mostrar cariño a través de regalos, compras o fiestas para conectar y acercarse a los seres queridos.
Todo esto también genera estrés financiero que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Financiera (Ensafi), 50% de la población sufre este problema, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). “El tema del dinero es fuente de problemas en pareja, en familia y en el trabajo”
“Las actitudes y los hábitos que construyen a una persona productiva y sana son las mismas que la vuelven financieramente sana”, asegura.
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